Sé que tengo mis más y mis menos, que a veces soy insoportablemente idiota, que por momento me vuelvo una caprichosa, que de cada dos días lloro tres, que a veces te ignoro, que otras te incordio y que no hay nadie más cambiante que yo. Pero también sé que ya no sabrías vivir sin mí, que me quieres con imperfecciones, defectos y parvadas, que te encantan mis mimos, que no soportas separarte de mí y que yo te hago un poquito más feliz. Y no hay nada mejor que esa sensación, sentir que consigues hacer que alguien sonría todos y cada uno de los días, que muera de ganas por volver a verte, que te busque y te encuentre, que siempre de lo mejor de si mismo por ti, que la razón de su felicidad seas tú. Pero lo mejor de esa sensación es saber que al final del día será esa sonrisa, tu sonrisa, la que me haga olvidar todos mis problemas, agobios, tristezas y tonterías. Porque mi mejor momento del día, sin duda, eres tú.
Que bonito es el amor y que razón llevas. Cuando llegas a ese punto sin retorno donde solo te importa la sonrisa de la otra persona. Lo peor de todo, es que no solo te basta con una sonrisa, tiene una sonrisa tan bonita y tan perfecta para ti que no quieres que deje nunca de sonreír, y luchas por ello. Luchas para que cada sonrisa que esboce en su cara, te la dedique a ti de alguna forma. Y de eso... ambas sabemos. Te quiero pequeña princesita (K)
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