Intentar encajar no siempre es fácil, la mayoría de las veces intento ser yo misma, de hecho no me disgusta mi forma de ser. Creo que soy una persona alegre, con la que se puede conversar y que daría mucho e incluso todo por los demás. Sin embargo, en otras muchas ocasiones siento que eso no es suficiente, que con ser una misma no basta, que no estoy a la altura de los demás y que todo lo que hago no vale la pena porque todo lo de los demás está mejor. Hoy es una de esas veces. Sentirte juzgada por todos, aunque a veces solo sean imaginaciones tuyas, duele, duele mucho. En ocasiones un simple comentario puede resultar una puñalada si no se está en el humor adecuado, las palabras hieren más de lo que parece. Por eso hoy me siento así, como si no valiese nada, como si todos, y cuando digo todos quiero decir cualquier persona de las que habitan en este planeta, fuesen mejor que yo. Hay días en los que intento convencerme de que no es así, de que yo también valgo, de que si estoy rodeada de gente que me quiere tiene que ser por algo... pero, sinceramente, rara vez lo consigo. Lo único de lo que soy capaz es de fingir, fingir que soy como el resto, fingir que yo también puedo y que incluso me lo creo, cuando la verdad es que no creo estar capacitada. Es tan triste leer estas líneas y ver lo que realmente pienso plasmado en letras y es que sé que si lo pensase otra persona le daría un bofetón para que despertase y viese la realidad, pero cuando soy yo misma quien lo piensa... me lo creo. Y siendo así es normal que crea que todos son mejores que yo. Supongo que esta es tan solo una reflexión absurda de las mías, mañana estaré bien y me olvidaré de todo. Probablemente encuentre alguna otra tontería con la que rayarme o tal vez consiga distraerme y ser feliz. No sé. El futuro es incierto, ya se verá.
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Gracias por leerme y dejarme un trocito de vosotros mismos, es algo que me encanta.