A veces, cuando todo va mal y ya no encuentro forma de darle sentido a este revoltijo de pensamientos y sentimientos que es mi vida, me pregunto si acaso seré yo la pieza que no encaja en este puzzle. Si nadie se da cuenta de las cosas que yo veo ni de aquellas cosas que me sientan mal quizá sea culpa mía y tal vez sea yo quien deba cambiar mi perspectiva. Pero por más que lo intento no soy capaz, tropiezo con las mismas piedras una y otra vez sin hacer nada por apartarlas de mi camino. En vez de encontrar soluciones me acabo echando la culpa de todo hasta que parece que deja de doler y consigo seguir avanzando hasta encontrarme con el siguiente bache del camino. La pregunta aquí es hasta cuándo aguantaré sin que todo se desmorone por todas partes, cuánto tiempo queda para que acabe mandando a la mierda a gente que tal vez ni siquiera se lo merezca. Fingir es tan sencillo que se puede llegar a convertir en costumbre. Sé que cuando suelte todo lo que llevo dentro me sentiré mejor, pero también sé que eso supondrá un gran cambio en mi vida y no sé si eso es lo que quiero o no.
Dudo, duda, dude.
al último dude, no le falta una tilde? o nos quieres hacer caer en la trampa?
ResponderEliminarNo, la verdad es que lo puse así a propósito, no quería decir dudé.
EliminarMe encanta el fondo. Es tan alegre, tan sudhdsfsif. Me encanta.
ResponderEliminarY, respecto al texto, te entiendo demasiado bien... Acabo de sentir que hablabas de mí. Ha sido raro. Entiendo todo lo que dices... Y lo principal es creer que tú no tiens la culpa. Simplemente eres más sensible que el resto.
O esa es a la teoría que yo he llegado.
Un abrazo.