La mayoría de las personas piensan que el distanciamiento es algo malo, pero yo he descubierto que en pequeñas dosis no tiene que serlo. Es malo cuando te vas distanciando de tus amigos poco a poco, cuando vuestros caminos se separan porque tenéis vidas diferentes y cada uno sigue su rumbo en pos de su destino. Pero de vez en cuando ocurre que cuando ya estás cansada de todo, cuando la más mínima tontería colma el vaso haciendo que te ahogues, necesitas un poco de soledad y espacio para poder respirar. En estos días me he dado cuenta de que distanciarme de vez en cuando me ayuda a respirar y observar las cosas con claridad porque después de la tormenta siempre llega la calma, pero no siempre puede ser inmediata, sino que a veces se necesita tiempo y espacio para que todo sea valorado de la forma adecuada. Y ahora me alegro de que todo vuelva a ser como siempre porque mi pequeño periodo vacacional ya se ha terminado y necesito volver a nuestro día a día.
Y aunque a veces montemos cristos, discutamos y nos volvamos locas, sin vosotras no sería nada.
Gracias por pasarte por mi blog, te sigo por el tuyo.
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