Ya hace medio año que te fuiste de nuestras vidas y aunque sabíamos que pasaría pronto, a todos nos pilló un poco por sorpresa. Después de seis meses aunque nadie lo diga te seguimos echando de menos, por momentos todavía se nota que nos faltas y todo se hace más difícil sin ti. Parece una tontería pensar que una sola persona pueda cambiar tanto las cosas pero lo cierto es que todo ha cambiado mucho. Está claro que ella es la que te echa más en falta y la verdad es que me duele mucho que sea así porque yo soy quien más lo sufre. No me gusta verla todos los días sin ti, en muchas ocasiones sin saber que hacer, pero yo tampoco sé como evitarlo. Además se encierra en si misma y quiere seguir haciendo lo que hacía antes, aunque ahora esté más sola. Sé que tiene más miedo por las noches y se preocupa muchísimo más porque nos pueda pasar algo, pero al final todo acaba en agobios y estrés. Tú eras quien sabía como llevarla, al igual que era ella quien sabía llevarte a ti, ¿y ahora qué? Ahora solo queda una mitad y todo esto nos ha descompensado a todos. Cada vez que leo por ahí que los abuelos deberían ser eternos me acuerdo de ti y de todo lo bueno que nos enseñaste, de todas las tonterías que nos decías y hasta de cuando nos echabas la bronca. Y pienso que no deberías haberte ido, que no deberías haberlo pasado tan mal, que no debería haberse quedado ella sola, sino que deberías estar aquí los dos, con nosotros. Dicen que el tiempo cura las heridas, pero yo creo que esta cicatriz me dolerá de por vida, porque nunca te voy a olvidar.
Un 19/07/2012 dijiste basta y te fuistes de nuestras vidas, pero tu recuerdo sigue presente estés donde estés #Maldito19.
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