Una palabra, una historia: Realidad.

Hoy comienzo con la iniciativa «Una palabra, una historia» de «To be or not to be» porque me encanta escribir pero tengo que estar muy inspirada para que un texto me salga por sí solo, así que lo que pretendo con esto es que las palabras vayan encontrando su lugar alrededor de un concepto :) A ver que sale de aquí :*

La palabra de hoy es: Realidad. 

Y allí estaba yo, sola en mi cuarto, cuando la abrumadora realidad de los hechos cayó sobre mí. ¿Qué es lo que había hecho? ¿Por qué no había podido evitar caer en sus redes de nuevo? 

¡Qué estúpida soy! Siempre tropezando con la misma piedra, el mismo estúpido error de siempre. ¿Por qué me resulta tan difícil mantener los pies en el suelo cuando son sus ojos los que me miran? Nunca había pensado que esta clase de historias sucediesen en la vida real, siempre había pensado que las historias amor-odio no eran más que cuentos para hacer creer a las adolescentes que a veces los chicos malos también tienen buen corazón. Nada más lejos de la realidad, o eso era lo que yo pensaba... No enamorarme de un chico malo era mi regla número uno hasta que él apareció. Él, con sus ojos marrón chocolate y esa sonrisa tan pícara que me derrite por dentro, pff... Han pasado ya unos meses y todavía no entiendo cómo, cuándo, ni por qué. La mayor parte del tiempo me entran ganas de mandarlo a tomar viento, de decirle que me deje en paz y que se aleje de mí, que esto no es bueno para ninguno de los dos y que se tiene que acabar ya. Pero es cruzarse conmigo, sonreírme y que todos mis muros se vengan abajo, esos muros que tanto me costó construir la última vez que me rompieron el corazón y decidí que no volvería a suceder. La coraza en la que me había escondido se está resquebrajando y ya no sé que más hacer para evitarlo, quizás la única solución sea dejarse llevar una vez más...

Pequeña Paranoica.