Querido desconocido: Significado

Querido desconocido:

Esta ya es la segunda carta que te escribo y supongo que te preguntarás a qué vienen tantas misivas. Lo cierto es que a veces una no sabe cómo expresarse, cómo contar aquello que le ronda la cabeza o cómo hacer llegar a los demás todas esas pequeñeces que hacen nuestras vidas más complicadas. Cada día suceden mil y una cosas que merecen ser contadas, a veces son alegrías, otras son tristezas y de vez en cuando son pura rabia contenida que necesitamos echar fuera sea como sea. Antes de conocer este mundo virtual yo era de ese tipo de personas que se lo guardan todo dentro y terminan explotando en el momento menos adecuado con la persona menos indicada. Ya sé que ahora parece algo difícil de creer puesto que te escribo cartas contándote mi vida sin conocerte siquiera, pero la verdad es que nunca he sabido hablar de mis cosas cara a cara y aún a día de hoy me cuesta mucho decir lo que a veces se me pasa por la cabeza. No es que no sepa expresar mis sentimientos, de hecho soy de «te quiero» fácil y de las que piensan que los sentimientos de amor y alegría hay que compartirlos tan pronto se pueda por si algún día ya no se puede más. Pero a la hora de discutir, decir cosas que puedan dañar o incluso hablar sobre mis defectos y debilidades se me crea un nudo en la garganta que me impide articular palabra. Es ridículo y es una de las cosas que más rabia me da en este mundo porque no puedo mantener una discusión sin empezar a llorar como una niña pequeña. ¿Cómo se supone que voy a defender mis opiniones si me pongo a llorar? En lugar de perder la razón por los modales, yo soy de las que la pierden por las lágrimas. Fue por eso por lo que comencé a escribir en la red, por lo que abrí este blog en el que hoy en día te escribo estas cartas. Se podría decir que mi blog es un diario íntimo que no quería quedarse escondido en un cajón para que nadie lo leyese, sino que pretendía que otros viesen que no son los únicos que se enfadan ni están tristes. Poco a poco se fue convirtiendo en un rincón dónde compartir penas y alegrías con pequeñas personitas que me apoyaban sin siquiera conocerme y entonces llegó un día en que encontré una iniciativa que me ayudaba a darme a conocer un poco más. Una iniciativa que consistía en redactar cartas a un desconocido que estuviese dispuesto a leerlas y saber un poco más de mí. Tú fuiste el elegido, tú que te lees mis desvaríos hasta el final, tú que todavía estás leyendo y por ello no puedo estar más que agradecida. Gracias querido desconocido, gracias por dedicar tu tiempo a esta pequeña paranoica que solo quiere soltar todo lo que lleva dentro.

Besiños. 

Pd: Lo siento si se os ha hecho pesada o muy larga, pero cuando empiezo a escribir me enrollo como una persiana.