Con el paso de los años se hace extraño mirar atrás y ver todo lo que ha cambiado. Con solo un vistazo te das cuenta de lo mucho que has crecido, de todo lo que has pasado y de cómo todo eso ha repercutido en tu forma de ser. En el transcurso de cierto tiempo la gente que creíste que sería para siempre se ha ido quedando por el camino, aquellos que un día pensaste que nunca te abandonarían lo han hecho y ahora son otros los que ocupan sus lugares. Algunas de las personas por las que lo diste todo no supieron como devolverlo y otras simplemente se han ido moviendo en tu escala de prioridades. A pesar de todo, al hacer una valoración de las idas y venidas no sientes salir perdiendo. Al fin y al cabo la vida no son más que momentos, momentos que se caracterizan por quien te rodea y lo que vives con ellos. En su tiempo eras feliz con aquellos que te rodeaban y ahora lo eres con los que siguen ahí y con los que han ido apareciendo. Echar la vista atrás de vez en cuando y sentir melancolía no es nada malo, de hecho eso quiere decir que siempre has sido feliz.
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