Nadie dijo que la vida fuese de color de rosa, siempre está llena de malas caras, decepciones, discusiones y tropecientas mil tonterías más. A veces, incluso llegan de donde no te las esperas. Un día, sin venir a cuento, todo el mundo está del revés & te estresas intentando verlo todo del derecho. Por más que haces nada da resultado, todos se vuelven en tu contra, si no es un mal gesto, es un comentario o una decepción. Entonces te empiezas a echar la culpa, no puede ser que el mundo esté al revés, seguro que soy yo quien está cabeza abajo. Tratas de hacerte ver la realidad, de apoyar de nuevo los pies sobre la tierra, pero nada funciona. Y es entonces cuando decides hacer como si no pasase nada, optas por no discutir, por callar y en momentos clave, incluso ignorar. Te convences de que la mejor opción es hacer la vista gorda porque así, tal vez en algún momento, se acabará pasando.
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