La vida está llena de altibajos, de momentos mejores y peores, de subidas y bajadas... A día de hoy he asumido que este cambio no puede esperar más y que tarde o temprano acabaría sucediendo. De hecho, para ser sincera, creo que hemos prolongado demasiado este juego basado en ataques fortuitos y encontronazos casuales. En mi opinión ninguno nos merecemos esto, yo no me merezco que me insulten e intenten herir a los míos y a pesar de que sé que en ocasiones me he pasado con mis palabras, también sé que yo no muerdo sino me atacan primero. Debería haber cortado de raíz hace tiempo, pero soy tan ilusa que pensé que todavía podría haber solución. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y yo esperaba con todas mis fuerzas volver a ver lo que antes veía, pero día tras día quedaba menos de lo que yo pensaba que había. Tal vez parezcan muy duras mis palabras y sí, a lo mejor todo lo pasado me ha afectado a la hora de ver con claridad las cosas, pero ya no quiero esto en mi vida. Estoy cansada de preocuparme por discusiones de niños de tres años cuando tengo problemas más importantes en mi vida, estoy harta de los juegos de indirectas en los que no soy capaz de ignorar las picadas y acabo siempre metiéndome de lleno y quedando como la mala. Quien me conoce sabe perfectamente que no soy todo lo que me han llamado, quien me conoce sabe a que se debe que salte a la mínima y porque razón ya no estoy dispuesta a aguantar tonterías. Todo esto ha pasado en un momento terrible para mí, uno de esos momentos en lo que necesitas es apoyo y no zancadillas cada dos por tres. Si os caigo mal y si no me soportáis hacedme el favor de borrarme de vuestras vidas sin más porque a día de hoy he decidido que es lo mejor, al menos para mí.
_Y hoy he decidido decir: hasta aquí.
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