Sí, he vuelto a hacerlo, he vuelto a recordar cosas que tal vez no debería, he vuelto a recrearme en mil y un «y si...», he vuelto a imaginarme diferentes versiones de mí misma en distintos puntos de mi vida. Mi mente ha creado un pasatiempo que consiste en volver al pasado y recorrer los caminos que decidí no tomar, en aventurar cómo hubiese sido todo si, tanto yo como otras personas, hubiésemos tomado posiciones y decisiones diferentes. A veces lo hago como un intento de evadir la nostalgia y demostrarme que hubiese hecho lo que hubiese hecho nada sería diferente, otras simplemente para creer que todavía existe solución alguna aunque esta esté tomándose mucho tiempo en aparecer. Supongo que siempre he sido una ilusa, ¿no? Intentando siempre ver lo positivo, la parte buena e incluso creyendo que todo tiene una solución si nos tomamos la molestia de buscarla. La vida se empeña en decirme que no es así, que el pasado es pasado y ahí se queda, pero mi naturaleza cabezota me obliga a llevarle la contraria una vez más, no me gusta rendirme a la primera de cambio. Y como resultado aquí estoy yo, como siempre, hecha un lío de pensamientos y sentimientos variados. ¿Cómo pueden pasar tantas cosas por la cabeza de una persona? La verdad es que no lo sé. Lo único que sé es que mi cabeza nunca se toma la molestia de dejar de pensar por unos instantes y darme así un poco de paz.
¡Ojalá existiese un botón de «apagar»!
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