Treinta y nueve, confesiones.

Ayer cumplimos 39 meses uno al lado del otro y aunque tal vez no fue un buen día, hoy me he vuelto a despertar con fuerzas para seguir luchando por esto. Sé que a veces me pongo insoportable y que todo me hace daño, que en ocasiones me sacas de quicio y se me quitan las ganas de seguir, pero de algún modo u otro te las arreglas para estar ahí y hacer que mi mundo vuelva a estar patas arriba de nuevo. Sé que no eres perfecto y que te tengo que querer tal y como eres, pero tu aparente "indiferencia" a veces puede conmigo. Lo peor es que sé que sí que te importan las cosas e intento convencerme de ello una y otra vez, pero cuando tus actos no lo demuestran es cuando me vengo abajo. Si no fuera porque a veces tienes días espléndidos en los que me siento la mujer más querida del mundo, no sé si podría soportar esta bipolaridad que a veces se apodera de mí. Y lo más estúpido es esa sensación de que no podría estar sin ti porque mi vida sin ti se reduce a la nada. Decirte que no ha habido nadie como en tú en mi vida se queda corto a estas alturas y eso es lo que me gustaría escucharte decir sobre mí en alguna que otra ocasión. Tal vez lo consideres evidente e innecesario, pero no es así, necesito saber que soy algo más que otra en tu lista. Necesito que me digas lo evidente para poder salir de los agujeros en los que me meto yo solita. Quizás creas que es demasiado, pero si de verdad me quieres no creo que sea mucho pedir. Sé que yo tengo mil defectos más y estoy intentando cambiarlos, lo sabes, esta vez solo te pido que pongas tú también algo de tu parte. Y si tienes algo que objetarme solo dímelo, yo sola no puedo adivinarlo. 

Un veintiseis más, otro te quiero para nuestra lista de recuerdos.